En el corazón de La Araucanía, una región marcada por desafíos sociales y educativos, la Fundación AraucaníAprende —uno de los socios de la red Por un Chile que lee— se ha consolidado como un referente en el combate al rezago lector y el fortalecimiento de la educación. Desde su creación en 2006, esta fundación ha trabajado con un objetivo claro: garantizar que todos los niños y niñas aprendan a leer comprensivamente en sus primeros años escolares, un factor crucial para su desarrollo académico y personal
Con un enfoque integral, AraucaníAprende ha implementado programas como el Rescate Lector, iniciativas de formación docente y, más recientemente, colaboraciones con proyectos innovadores como «Se Puede», inspirado en el modelo educativo de Sobral, Brasil. Su trabajo no solo impacta a los estudiantes, sino que también empodera a las familias y docentes de la región, reconociendo que la educación es una responsabilidad compartida.
Conversamos con Carlos Dreves, Director Ejecutivo de AraucaníAprende, quien nos entregó una visión detallada sobre los logros, desafíos y proyecciones de la fundación.
– AraucaníAprende ha sido parte activa en la creación de la Red de Docentes de Primero Básico impulsada por «Por un Chile que Lee». ¿Cómo evalúa el impacto de esta red en la formación docente y en la mejora de las competencias lectoras de los estudiantes?
«Cuando comenzamos a trabajar en la red junto con su presidenta Carolina Andueza, nuestra principal preocupación era posicionar el aprendizaje lector como una prioridad en la sociedad. Queríamos que este tema estuviera presente durante todo el año y no solo cuando se publican los resultados del SIMCE, que muchas veces se olvidan rápidamente debido a otras noticias o emergencias. Hoy, mirando en retrospectiva, la red ha crecido mucho más de lo que imaginé en un principio, y es maravilloso ver cómo tantas personas e instituciones se han sumado«, comenta Dreves.
«El impacto de esta red se verá con mayor claridad a largo plazo, pero ya puedo decir que ha generado una enorme energía y motivación. En términos de formación docente, creo que 2025 será un año clave. Durante los dos años anteriores exploramos diferentes alternativas y buscamos nuestra identidad como red. Este año, esperamos consolidar los aprendizajes y enfocar los recursos limitados en áreas donde podamos ser más eficientes«, añade.
«El Programa Rescate Lector es el programa de tutoría de enseñanza de la lectura más antiguo, sistematizado y de mayor impacto en Chile. En 18 años de trabajo hemos atendido a más de 45.000 niños, lo que representa casi el 90% de los estudiantes con rezago lector en contextos de vulnerabilidad social en La Araucanía», explica Dreves.
– La fundación ha implementado el Programa Rescate Lector desde 2006. ¿Cuáles han sido los principales logros de este programa y cómo ha influido en la disminución del rezago lector en La Araucanía?
«La pandemia nos permitió desarrollar un modelo en línea que no solo amplió nuestro alcance, sino que también tuvo un impacto positivo en las familias. Muchas madres y apoderados que participaron se transformaron en agentes activos del desarrollo lector de sus hijos. Además, hemos innovado con el programa Rescate Lector PIE, que atiende a estudiantes con necesidades educativas especiales mediante videoconferencias. Este modelo es más caro y complejo, pero nos ha permitido enseñar a leer a estos niños y empoderar a sus madres como verdaderas agentes de cambio dentro de sus hogares», señala.
«Aunque estos programas son soluciones de emergencia efectivas, sabemos que el verdadero problema radica en lo que ocurre en la sala de clases de primero básico. Debemos seguir trabajando en esa dirección para prevenir el rezago lector desde su origen«, enfatiza.
– AraucaníAprende colabora con el proyecto «Se Puede» de Desafío Levantemos Chile en Perquenco. ¿Qué aprendizajes han obtenido de esta experiencia y cómo planean replicar este modelo?
«El principal aprendizaje de ‘Se Puede’ ha sido lograr un enfoque mucho más claro en la enseñanza de la lectura dentro de las escuelas. Esto es fundamental, porque muchas veces las escuelas están sobrecargadas con programas y proyectos que intentan resolver múltiples problemas al mismo tiempo. Aquí hemos conseguido alinear los esfuerzos desde los directivos hasta los asistentes de aula«, explica Dreves.
«Nuestro enfoque se basa en cuatro componentes: capacitación presencial, un repositorio amplio de recursos educativos, un sistema de monitoreo riguroso y un acompañamiento constante en la sala de clases. Esto no solo es alentador para los docentes, sino que también les permite tomar mejores decisiones profesionales para abordar las necesidades específicas de sus estudiantes. Aunque estamos en una etapa inicial, el potencial para transformar las escuelas de Perquenco y replicar este modelo en otras comunas es enorme«, asegura.
– La fundación ha desarrollado cursos como «Desarrollo de la escritura emergente como proceso recíproco con la lectura». ¿Qué rol juegan estas capacitaciones en la formación docente?
«Leer y escribir son procesos recíprocos: cuando un estudiante lee, traduce un texto en una idea comprensible, y cuando escribe, necesita organizar sus pensamientos y pensar en el lector que interpretará su mensaje», explica Dreves.
«Capacitar a los docentes en escritura como complemento esencial de la lectura les permite entender el impacto de esta habilidad en el desarrollo del pensamiento, la creatividad y la comunicación. Estas herramientas enriquecen su trabajo en el aula y los ayudan a promover el desarrollo de habilidades complejas en sus estudiantes. Escribir no es solo mecánica, es pensamiento expresado, y eso lo hace un recurso pedagógico invaluable», añade.
– En el contexto de la red Por un Chile que lee, ¿qué desafíos enfrenta La Araucanía para lograr que niñas y niños alcancen niveles óptimos de comprensión lectora, y qué estrategias propone para superarlos?
«La Araucanía enfrenta desafíos únicos debido a su contexto socioeconómico y geográfico. Muchas escuelas son rurales, y aunque representan el 90% de la matrícula, enfrentan problemas como el aislamiento, la falta de recursos y la baja cobertura de educación preescolar. A esto se suma el alto ausentismo crónico, que dificulta aún más el aprendizaje», explica Dreves.
«Nuestros programas de compensación del tiempo educativo perdido son una solución efectiva, probada por más de 18 años. Sin embargo, sabemos que son remediales y que debemos enfocarnos en fortalecer la formación docente para que los profesores comprendan mejor los procesos cognitivos detrás de la lectura y adapten sus métodos a las necesidades particulares de sus estudiantes. No imponemos metodologías, sino que buscamos respetar y apoyar al mundo docente, ofreciéndoles herramientas basadas en evidencia que realmente hagan la diferencia«, concluye.
Con casi dos décadas de experiencia, AraucaníAprende ha demostrado que la lectura es mucho más que una habilidad académica. Es una herramienta poderosa que abre puertas al conocimiento y transforma vidas, familias y comunidades. A través de programas como el Rescate Lector y colaboraciones innovadoras como «Se Puede», la fundación continúa liderando iniciativas para garantizar que ningún niño o niña quede rezagado en su aprendizaje. Su trabajo incansable sigue transformando vidas, una palabra a la vez.

Carlos Dreves, Director Ejecutivo de AraucaníAprende